III PREGÓN DE NAVIDAD

III Pregón de Navidad en Ojós a cargo del Excmo. Sr. D. Javier Celdrán Llorente, Consejero de Turismo, Cultura y Medio Ambiente de la CARM.

PREGÓN DE NAVIDAD

OJÓS, 09 de diciembre de 2017

Querido Alcalde, Párroco de San Agustín, feligreses, queridos vecinos de Ojós y ciudadanos de pueblos cercanos que os encontráis aquí, más en casa que en vuestra propia casa. Quisiera saludaros, en primer lugar, a vosotros y a vuestras autoridades a quienes agradezco sinceramente este encargo de ofrecer hoy el pregón que marca el inicio de unas fiestas tan especiales para todos. La llegada de la Navidad, momento hermoso para los que nos hemos criado y formado en los valores del cristianismo y de la fé. 

Les aseguro que esta misión que me ha retado a aceptar Don Pablo Melgarejo me ha conmovido profundamente.  Porque entiendo que no hay mejor forma de celebrar el ritual de entrada en la Navidad que acudiendo a la llamada de un lugar de una belleza excepcional que se corresponde, al detalle, con la idea e imagen de la navidad, transmitida de generación en generación, y que todos llevamos dentro, enraizada en nuestro alma y corazón. 

No sé si mis palabras estarán a la altura de anteriores pregoneros, pero estoy seguro que la ilusión con la que las pronuncio es como mínimo igual a la de mis antecesores y, desde luego, me conformaría con no desmerecer y no defraudar la dignidad que me habéis concedido. 

Es mi propósito, hoy en este pregón navideño, contaros algunas cosas que siempre he reflexionado, desde que conozco ya hace años este precioso pueblo murciano, sobre esa asombrosa cercanía de Ojós -el pueblo de Ojós y su entorno- a la interpretación popular y espontánea que los cristianos, desde hace dos mil años, han venido dando al nacimiento del niño Jesús, algo que no sé si lograré explicar con facilidad. 

Es un misterio, desde luego fascinante, que me gustaría compartir con vosotros, aunque muy posiblemente no os vaya a desvelar nada que no hayáis descubierto quienes tenéis el privilegio de haber nacido o vivido aquí. 

¿No os parece que existe un vínculo secreto entre la estampa inconfundible de Ojós y la idea interiorizada, con la que cristianos de todo el mundo representan un belén de Navidad? 

¿Cómo es posible que los belenes de Navidad, que las diversas culturas de todo el mundo, en sociedades remotas que muy precariamente pueden conocer siquiera la existencia del Valle de Ricote, se parezcan mucho más a lo que aún hoy es la realidad física en Ojós que a la propia Belén de Judea, donde nació Jesús? 

Estoy seguro de que, en este sentido, podríamos encontrar mucho más a la legendaria Belén en Ojós, en el murcianísimo Valle de Ricote, que no en la propia Belén que asistió al nacimiento de Cristo. 

Así, gentes de corazón piadoso y de todas las culturas que jamás han visitado Ojós, ni Murcia, ni España, y que ni siquiera han podido ver una mera fotografía del pueblo y del valle en que se enclava, acuden a una misteriosa memoria colectiva de la Humanidad y hacen sus belenes como si fuesen copias de este mismo pueblo. Ojós está en la casa de todos los cristianos del mundo que colocan un belén para celebrar la buena nueva. 

¿Por qué ocurre esto? No lo sabemos. Pero es así. Los niños que nada saben de nosotros ni nuestras tradiciones, que jamás han visto una noria de agua, o un huerto, o el recodo de un río como papel de plata al atardecer, o un peñasco de roca que parece hecho de corteza de alcornoque, parecen que tuviesen a Ojós en lo profundo de su alma, sin saberlo. Y de repente lo sacan, sin darse cuenta, con ese entusiasmo que los niños, da igual de dónde sean, ponen siempre en hacer un belén. 

Parece que lo normal sería que cada cultura representara sus belenes con todos los elementos procedentes del entorno natural en el que viven. Y sin embargo no ocurre de esta forma. Ocurre más bien que en las fechas navideñas, en todo el mundo, se conmemora popularmente el nacimiento de Jesús con una cuidada escenografía que muchas, muchísimas veces, corresponde exactamente, metro por metro, a este querido paisaje de Ojós. 

Por ello, y con total justicia, aquí en Ojós existe desde hace algunos años, el Museo de los Belenes del Mundo. En él podemos ver nacimientos y figuritas muy diversas, que varían dependiendo de la tradición folklórica de cada lugar.

Este museo nos da una idea de las variadas costumbres belenísticas alrededor del planeta, que sin embargo parten de una raíz común. Y aquí es donde quiero detenerme, el aspecto general del Belén canónico y arquetípico, por decirlo así, el que sin darnos cuenta lleva dentro de su alma cualquier niño o adulto de todas las culturas populares del mundo, se termina pareciendo a nuestro querido pueblo de Ojós. 

Por eso cuando se dice, y lo habréis oído decir con infinita frecuencia, que este singularísimo pueblo se parece a un precioso belén de navidad, habría que responder que SON LOS BELENES DE NAVIDAD los que parecen inspirarse, hasta en los más pequeños detalles, en nuestra localidad murciana de Ojós. 

Eso, qué queréis que os diga, emociona incluso a alguien que no ha nacido en este lugar, como yo mismo.

Por eso he empezado diciendo que, cuando recibí vuestro encargo de ofrecer hoy aquí el pregón navideño, sentí emoción, emoción de las que apretujan el corazón, más allá del sentimiento de orgullo, como persona y como representante del gobierno de la Región de Murcia. 

Nunca creí que tendría alguna vez la oportunidad de decir en público todo esto que he venido pensando desde mi infancia. Pero la ocasión ha llegado en la fecha más oportuna, ante el auditorio indicado y en el lugar exacto.  

Vosotros me habéis proporcionado esta ocasión tan especial de dar la bienvenida e inaugurar en vuestra localidad estas fechas tan entrañables del calendario. 

Una época que, aunque suene a tópico pero no por ello menos cierto, acerca a las personas, revive los más bellos sentimientos, nos hace brotar la misericordia y el amor que Dios nos regalo y la Iglesia nos enseñó a compartir, y nos hace recuperar por unos días la ilusión y la magia con la que esperábamos de niños todo eso que le da contenido y sentido. 

Los reencuentros con familiares y amigos, los dulces típicos que satisfacían los deseos de los más golosos, las vacaciones que nos alejaban de las obligaciones del colegio, y  los nervios que jalonaban esa noche de cinco de enero en el que sus majestades Melchor, Gaspar y Baltasar visitaban nuestras casas, surcando el Valle de Ricote en sus camellos y con sus pajes,  cargados de regalos. 

Un tiempo feliz que revivimos cada año, en Navidad, con añoranza, y que ahora que muchos somos padres, y algunos incluso seréis abuelos, podemos rememorar, rebrotando del fondo del alma, de forma más madura pero igual de esperanzada, empujados por la ilusión contagiosa de los más pequeños.

Pero también es tiempo para hacer balance de cuanto ha sucedido en el año que termina y para dedicarle unos minutos de reflexión serena y profunda a ponernos los deberes de los buenos propósitos para el nuevo tiempo que comienza. Un año más que llega, y que nos da la ocasión de cumplir con aquello que no hicimos, y hacer aquello que no pudimos. 

Pues bien, dejadme que como pregonero novato (y orgulloso de debutar en Ojós) e igualmente ilusionado, venga a anunciaros la Navidad cargado también de buenos deseos. 

Y, en este sentido, quiero para todos vosotros, para este precioso rincón de nuestra querida Región de Murcia que es el pueblo de Ojós, que viváis con intensidad y felicidad estas fiestas y mantengáis vivo su espíritu durante todo el año.  

Que los buenos y universales deseos de paz y concordia que presiden estos días iluminen vuestra existencia y sean una realidad constante en vuestras vidas. 

Que dejéis atrás las cosas negativas que os hayan podido pesar en el año que termina y recibáis con los brazos abiertos un nuevo año de prosperidad, de salud para vosotros y para vuestros seres queridos; de solidaridad con los que menos tienen y de mucha suerte para hacer realidad con fortuna esos sueños que todos atesoramos en nuestro corazón y que nos llenan de esperanza en un futuro mejor. 

Vivid estos días llenos de alegría y disfrutad de las cosas bellas que os ofrece este municipio de Ojós que, durante estos días estará reflejada en todos y cada uno de los belenes que estos días adornan nuestras casas. Ojós es el portal de Belén. El portal de Belén es una estampa de Ojós. 

Os deseo que seáis capaces de soñar y mantener vuestros sueños vivos; que el Niño Jesús y sus padres protectores, la Virgen María y San José, que presiden el portal de Belén estén con vosotros y los vuestros, protegiéndoos; y que sintáis toda la dicha que alberga el alma de las gentes sencillas y buenas de todas partes. Como lo sois vosotros, queridos vecinos de Ojós.

 

Muchas gracias.

Y Feliz Navidad!!